SEGUNDO RETO!!

 Hoy, 11 de febrero, es el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.

Al dedicarle un día específico a la Mujer y a la Niña en la Ciencia, la Asamblea General de las Naciones Unidad pretende lograr el acceso y la participación plena y equitativa en la ciencia para las mujeres y las niñas.

Son bien conocidas las aportaciones de Marie Curie en el campo de la ciencia, pero en mi segundo reto, en vez de recordar a una mujer por su reconocida aportación a la ciencia, quiero ensalzar la figura de una mujer cuyo trabajo fue aprovechado por su marido para destacar en el mundo de la ciencia apropiándose los descubrimiento de su esposa y relegando el trabajo de ella al olvido.

El personaje que os quiero presentar es Mileva Maric, que cambió su apellido por Einstein cuando se casó en 1903 con el conocidísimo Albert Einstein.

En apariencia, Mileva habría abandonado sus aspiraciones científicas por el matrimonio y la maternidad, pero hoy en día se sabe que sus conocimientos matemáticos fueron indispensables para que su marido pudiera desarrollar sus teorías y que los años en los que fueron pareja fueron los más productivos de Albert.

De hecho, se cree que la teoría de la relatividad tendría su origen en la tesis que Mileva escribió y presentó, cuando estudiaba en la Escuela Politécnica de Zúrich. Esta afirmación está apoyada por la correspondencia entre ambos durante su noviazgo.

Milena sufrió rechazo social por un embarazo anterior al matrimonio que truncó sus estudios y acabó dedicando su vida a sus dos hijos con Albert, uno de los cuales sufría esquizofrenia, mientras su marido se desentendía de su familia y prefería iniciar una nueva relación y dejar a sus hijos al cuidado de su primera mujer.

Os dejo el enlace de la Wikipedia para que podáis conocer mejor a Mileva Maric y su desdichada vida: https://es.wikipedia.org/wiki/Mileva_Mari%C4%87

Apoyemos la educación y el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia para que esta y otras detestables historias, como las de Lise Meither (que formó parte del equipo que descubrió la fisión nuclear), Rosalind Franklin (cuyos estudios del ADN llevaron a su compañero a ganar el Premio Nóbel) o Madame Wu (cuyos experimentos también llevaron a que dos de sus colegas ganaran el Premio Nóbel) dejen de ocurrir, para que las niñas se interesen por la ciencia y para que por fin se valoren las aportaciones de las mujeres en todos los campos.

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